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MIS PEQUEÑAS OBRAS MAESTRAS

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CARABELA SANTA MARIA

SAN FRANCISCO (En construccion)

jueves, 29 de julio de 2010

El reflotamiento del Vasa





El Vasa es el único barco del siglo XVII que ha sobrevivido hasta nuestros días. Con más del 95 % de su estructura original y sus cientos de esculturas talladas, el Vasa es un tesoro artístico y uno de los monumentos turísticos más visitados del mundo.


El barco se expone en un museo construido en Estocolmo expresamente para ello, que también alberga nueve exposiciones relacionadas, una tienda en la que se puede encontrar de todo y un restaurante de primera categoría. La película acerca del Vasa se puede ver en dieciséis idiomas distintos. El museo del Vasa atrae a más visitantes que cualquier otro museo de Escandinavia. Merece la

pena visitar Estocolmo aunque sólo sea para ver el Vasa.

EL HUNDIMIENTO DEL VASA

El 10 de agosto de 1628, Vasa desde el puerto de Estocolmo. Para conmemorar tan solemne ocasión, se dispararon salvas de honor desde sus cañones.

Cuando el buque se deslizaba lentamente hacia la bocana del puerto, una repentina ráfaga de viento comenzó a soplar. El Vasa se escoró, pero logró corregir su rumbo. Una segunda ráfaga golpeó el costado del barco. El agua comenzó a entrar por las cañoneras y el Vasa se fue a pique. Al menos 30 miembros (quizá 50) de un total de 150 que componían la tripulación se ahogaron. El Vasa tardaría 333 años en volver a ver la luz.

EL REDESCUBRIMIENTO

Anders Franzén, un investigador particular, comenzó a buscar el Vasa a principios de la década de los 50. Desde que era un niño, se había sentido fascinado por los restos que había cerca de la casa de sus padres en el archipiélago de Estocolmo. El molusco xilófago Teredo navalis, que devora los restos de madera en aguas saladas, no prolifera en las aguas del Báltico. Anders Franzén comprendió la importancia de este descubrimiento para los barcos hundidos en el Báltico y en 1956 redescubrió el Vasa.

GRANDE PARA SU ÉPOCA

El Vasa se construyó en Estocolmo bajo la supervisión del constructor naval holandés Henrik Hybertsson. Lo ayudaron en la tarea carpinteros, ensambladores, escultores, pintores, vidrieros, maestros veleros, herreros y otros muchos artesanos. Unas cuatrocientas personas trabajaron juntas en el Vasa.

El barco se construyó por orden de Gustavo Adolfo II, rey de Suecia. Su construcción duró unos dos años. El barco tenía tres palos, podía llevar hasta diez velas, medía 52 metros de la punta del palo mayor a la quilla y 69 metros de proa a popa, y pesaba 1200 toneladas. Cuando se terminó, fue el navío de guerra más poderoso jamás construido.

¿QUÉ SALIÓ MAL?

Hoy en día podemos calcular a la perfección cómo diseñar un barco para que sea apto para la navegación. En el siglo XVII, se usaban tablas de dimensiones que habían funcionado bien con anterioridad. Mediante documentos de la época, sabemos que los planos del Vasa se modificaron una vez comenzado el trabajo.

El rey quería más cañones de lo habitual a bordo, lo que significaba que las dimensiones del barco ya no eran las adecuadas y los constructores no sabían qué hacer. Así que se construyó con una superestructura muy alta, con dos cubiertas para cañones. El fondo del buque se llenó con piedras a modo de lastre para mantener la estabilidad en el agua. Sin embargo, el Vasa era demasiado pesado en la parte superior, y sus 1.200 toneladas de lastre no fueron suficientes.

¿PARA QUÉ SE CONSTRUYÓ EL VASA?

El Vasa tenía que ser uno de los mejores navíos de la flota sueca. Portaba 64 cañones, la mayoría de ellos de 24 libras (lanzaban balas de 24 libras, unos 11 kilos). Suecia tenía alrededor de veinte buques de guerra, pero ninguno llevaba tantos cañones, ni tan poderosos, como los del Vasa.

Con toda probabilidad, el Vasa hubiera navegado por Polonia, el mayor enemigo de Suecia durante años. Polonia estaba gobernada por el rey Segismundo, primo del rey sueco (tenían el mismo abuelo paterno). Durante un tiempo, Segismundo fue regente de Suecia, pero fue destronado por practicar el catolicismo.

DESPUÉS DE REFLOTAR EL VASA

El Vasa fue reflotado el 24 de abril de 1961 después de varios años de preparación. Entonces se planteó el problema de su conservación. No se pueden dejar sin tratar restos de madera que han permanecido sumergidos en agua durante tanto tiempo. A la larga, la madera se cuartearía y acabaría fragmentándose.

Al principio se roció el Vasa con agua mientras los expertos dilucidaban la mejor manera de conservarlo. Se eligió como conservante el polietileno glicol, un producto ceroso soluble en agua que penetra lentamente en la madera y reemplaza al agua. Se roció con esta solución durante varios años.

LAS ESCULTURAS

Junto con el Vasa se recuperaron cerca de 14.000 objetos de madera perdidos, incluidas 700 esculturas, que se conservaron individualmente y luego se volvieron a reunir en su ubicación original en el buque. La tarea fue como resolver un rompecabezas.

Los navíos de guerra del siglo XVII no eran sólo máquinas de guerra, sino también palacios flotantes. Las esculturas recuperadas contenían restos de dorados y pinturas. Los análisis modernos demuestran que estaban pintadas con colores llamativos sobre un fondo rojo. Las esculturas representaban leones, héroes bíblicos, emperadores romanos, criaturas marinas y deidades griegas, entre otras muchas escenas. Su propósito era el de ensalzar la monarquía sueca y representar su poder, su cultura y sus ambiciones políticas.

¿CUÁL ES EL ESTADO DEL VASA EN LA ACTUALIDAD?

La conservación y cuidado del Vasa continúa. Su preservación depende por completo de una atmósfera estable. Mientras estuvo sumergido, los pernos de hierro se oxidaron y ennegrecieron la madera de roble. Al final, sólo permanecía unido por espigas de madera. La contaminación del agua formaba grandes cantidades de sulfuro que penetró en la madera. En la actualidad, dicho sulfuro comienza a reaccionar con el oxígeno, lo que provoca la formación de ácido

sulfúrico. El ácido ataca la madera, si bien no es nocivo para los visitantes del museo. Por lo tanto, la investigación para la conservación del Vasa sigue en marcha.

VASA: LA MÁQUINA DEL TIEMPO

Cuando el Vasa se hundió, el tiempo se detuvo. Lo que se rescató en 1961 era una pieza del siglo XVII que nadie había tocado. Cada uno de los miles de objetos que se recuperaron contaba una historia. Entre ellos, se encontraban los esqueletos de miembros de la tripulación, así como sus pertenencias y los aparejos del buque.

Entre el fango y los sedimentos del casco del Vasa, se encontraron las seis velas que no estaban arboladas en el momento del desastre. Son las velas más antiguas que se conservan; aunque eran tan débiles como la tela de araña antes de su conservación. La investigación sobre los hallazgos también continúa. En el museo se exhiben muchas piezas únicas que hacen revivir una época ya pasada

y a sus gentes.

                                                                                          
Fuente: Internet